La ejecución impecable es esencial para que las empresas alcancen sus objetivos estratégicos y mejoren su rentabilidad. Los errores en los procesos pueden resultar costosos y perjudiciales. Para optimizar la ejecución, se deben tener en cuenta cuatro aspectos clave:
- Visión clara y objetivos medibles: Para definir una visión clara, es crucial involucrar a los líderes clave en su creación. Esta visión debe ser sencilla, aspiracional y repetida constantemente. Además, debe estar respaldada por objetivos medibles que se traduzcan en acciones específicas y tangibles, permitiendo que todos en la organización entiendan su contribución y trabajen en la misma dirección.
- Medir y rendir cuentas: Alinear los indicadores individuales y departamentales con la estrategia general es fundamental. Cada miembro del equipo debe tener métricas claras que reflejen su aporte al éxito de la organización. Esto no solo fomenta la responsabilidad, sino que asegura que todas las áreas avancen coordinadamente hacia los mismos objetivos, permitiendo ajustes rápidos cuando los resultados se desvían.
- Contratar y desarrollar jugadores ‘A’: Los jugadores ‘A’ no solo mejoran la productividad, sino que lideran y motivan al equipo a seguir altos estándares. Es fundamental invertir en la contratación de personas con las competencias y la actitud correctas, y fomentar su desarrollo continuo. Este tipo de empleados no solo previenen errores, sino que también impulsan el crecimiento y la innovación dentro de la empresa.
- Priorizar y limitar tareas: Para elegir 3-5 prioridades que mejoren la rentabilidad, es importante que estas estén directamente ligadas a los objetivos estratégicos y que tengan un impacto claro en la eficiencia, costos o crecimiento. Las empresas deben analizar cuáles son las iniciativas que aportan mayor valor y enfocar sus recursos en ejecutarlas de manera impecable, evitando la dispersión en múltiples tareas que pueden diluir el impacto.
Caso de éxito: Alquería
Alquería, líder en la industria láctea colombiana, es un ejemplo perfecto de ejecución efectiva. La empresa ha sabido definir una visión clara, alineando a todo su equipo con métricas bien diseñadas que reflejan los resultados deseados. A través de la contratación de jugadores ‘A’ y una priorización enfocada en la rentabilidad, Alquería ha optimizado sus procesos, reduciendo costos y mejorando su flujo de caja sin comprometer la calidad. Esto les ha permitido crecer de manera sostenida, logrando altos niveles de competitividad en su sector